Raquel es una gran amiga y compañera de Julia Otero, quien ha sido galardonada con el IX Premio Estatal de Trabajo Social en la categoría de Comunicación. Así, ha sido Raquel Martos quien ha asistido a la gala de estos premios, recogiendo la estatuilla de Julia. De esta forma, charlamos con Raquel y lo primero que nos hace saber es que Julia además de jefa es líder ya que valora el esfuerzo y el talento de los demás: “Busca el brillo de su equipo porque Julia sabe que ese brillo a ella no le resta nada, al contrario, esos destellos a ella le hacen que esté más iluminada”. “Por encima de todo, es que Julia es lo que es, lo que veis y lo que escucháis […] Eso lo valoro mucho y es la transparencia delante de un micrófono”.
Raquel es una profesional de referencia en diferentes campos de la comunicación: periodista en radio y televisión, guionista, creativa publicitaria, productora y escritora. Cuando le preguntamos en qué ámbito se siente más cómoda trabajando, reconoce que se encuentra “muy feliz escribiendo porque es la base y el nexo común a todo”. “Mi medio natural es la radio, aunque de televisión hay muchos factores que me interesan después de haberla conocido […] la novela, me hace sentir muy libre y al tiempo poder expresar de una manera muy particular todo lo que siento y pienso”.
Además, el momento que Raquel destacaría de su carrera es su entrada en la radio ya que, asegura, iba a marcar el resto de su vida: “Yo era oyente de radio desde que tenía una orejita y quería pasar al otro lado […] Cuando trabajas en un medio de comunicación entregas muchísimo de ti, de tu tiempo, de tus emociones; y eso marca toda tu trayectoria personal y profesional “.
En cuanto a sus referentes, menciona a Luis del Olmo y a Juan Antonio Cebrián ya que fueron sus primeros jefes. También destaca a Julia Otero también y a Rosa María Calaf como modelos a seguir: “me fijaba especialmente en las mujeres y sí me fijaba especialmente en ese perfil de mujer que tenía fuerza. Eso es lo que le pasa a Julia, es ese tipo de mujer, como Mary Richmond, que son capaces de abrir puertas, de encender luces para que otras mujeres se atrevan a continuar por un camino que, por el hecho de ser mujer, a veces se estrecha un poco”. Y es que Raquel asegura que sí ha sentido “aquello de: qué estupendas son las mujeres cuando son las segundas, qué estupendas están ellas de vicepresidentas, porque todavía ese techo de cristal existe”.
Su última obra literaria, Los sabores perdidos, relata diferentes historias de vida que guardan relación con el trabajo social. Ella lo describe como cocina emocional: “es un confinamiento feliz entre varias personas en una casa de campo, que se reúnen, en teoría, para aprender cocina, pero realmente lo que hay de fondo es tratar de recuperar historias mal cerradas de su pasado a través de una receta […] Es una novela que tiene mucha emoción. Pero es que las emociones y lo social están completamente conectados, es imposible separarlos”. La idea de este libro nace entre Raquel y Gabriela Tassile, la cocinera que hace las recetas de la novela. “Queríamos hacer una historia ligada a cada receta”, aunque “me pareció que ahí había una novela, que había mucho más” porque “un sabor que nos conecta a la infancia nos puede ayudar a deshacer muchos nudos”, asegura Raquel.
Cuando le preguntamos a Raquel por sus próximos proyectos profesionales, nos confiesa que está preparando una novela que aún tardará en salir. De momento está llevando a cabo Ladrones con arte, una serie de podcast de robos de arte que mezclan “el periodismo con la novela y con la radio porque lo tiene todo, porque parto historias reales, de robos reales, contados como un cuento en realidad, con una parte un poco de guión de cine pero con mi voz y con los elementos de la radio, con lo cual es como si me hubieran hecho un paquete de: toma, todo lo que te gusta en el mismo proyecto”. Estos audios ya están disponibles en la plataforma Podimo. De momento, “creo que continuaré explorando el camino del podcast porque me encanta”, concluye Raquel.
